El pasado martes se celebró en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas una Sesión Informativa sobre la situación en Haití, con la presencia del subsecretario general de la ONU, Miroslav Jenča; de Monica Juma, asesora de seguridad nacional del Presidente de Kenia, y otros invitados.
El embajador dominicano ante la ONU, José Blanco, intervino lamentando, en primera instancia, que esta nueva sesión “que hubiese estado motivada para conocer algún progreso en el restablecimiento de la estabilidad en Haití”, lejos de eso, ha sido para confirmar que “persisten las acciones barbáricas de las bandas contra la población civil, y su creciente control sobre el territorio”.
El embajador Blanco reiteró que, aunque “la seguridad y estabilidad de Haití, es responsabilidad primaria de sus autoridades, se requiere el apoyo firme de la comunidad internacional”, ya que las bandas, “desafiando constantemente a las autoridades haitianas”, ni siquiera cesan sus acciones pese “a la presencia de las tropas policiales que han llegado para ayudar la Policía Nacional de Haití a enfrentar los desmanes de estos grupos terroristas”.
Agregó el diplomático dominicano que se impone la necesidad de un mecanismo más eficaz de lucha contra la violencia de las bandas y por eso, “la necesidad urgente de una acción enérgica y decidida de la comunidad internacional, tal como las que ha emprendido este órgano en situaciones similares o, en otras, probablemente de menor gravedad a la que se vive actualmente en Haití”.
“Por esa razón ofrecemos nuestro absoluto respaldo a la solicitud hecha por las autoridades de Haití el pasado mes de octubre, de transformar la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS), como fuerza de mantenimiento de la paz, toda vez que las prerrogativas de tales misiones son las de proteger a los civiles, prevenir activamente los conflictos, reducir la violencia, reforzar la seguridad y capacitar a las autoridades nacionales para asumir estas responsabilidades, siendo este el cuadro que precisamente caracteriza lo que se vive hoy en Haití”, continuó el diplomático dominicano.
Sostuvo que dada su pertinencia, esta solicitud fue apoyada por los países de América Latina y el Caribe, a través de la resolución 1268 de la Organización de Estados Americanos (OEA) y más recientemente, en Cuenca, Ecuador, por la declaración especial de los Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de Iberoamérica.
Al concluir su intervención el embajador Blanco aseveró que “ Los hechos recientes lo demuestran , Haiti está fuera de control y representa un peligro para el pueblo haitiano y una amenaza constante para República Dominicana y la región”.
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