El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, ha visto en el desastre provocado por el huracán Helene una oportunidad de hacer campaña. El expresidente se desplazó este lunes a una de las zonas afectadas por una tormenta que ha dejado cerca de 140 muertos, según los cómputos provisionales. Allí, decidió lanzar mentiras contra el presidente, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, su rival en las presidenciales del 5 de noviembre, para tratar de sacar provecho político de la catástrofe.
El respeto a la verdad no ha sido nunca una de las virtudes de Trump, que recurre a la mentira con naturalidad e insistencia en función de sus intereses políticos. Esta vez, sin embargo, alguna era tan obvia que sus propios correligionarios han tenido que corregirle. El expresidente vino a decir que Biden se había desentendido del desastre y no había ofrecido ninguna respuesta. La realidad era la contraria.
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Trump afirmó al llegar a Valdosta (Georgia) que el presidente Biden estaba “durmiendo” y no respondía al gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, de quien dijo que estaba “llamando al presidente y no ha conseguido hablar con él”. Repitió la misma afirmación en un acto con periodistas tras ser informado de que Kemp había dicho que había hablado con Biden, en una prueba de que Trump era plenamente consciente de su mentira.
“El presidente me llamó ayer por la tarde y no vi la llamada y le llamé enseguida y me dijo: ‘Oye, ¿qué necesitas? Y le dije, ya sabes, tenemos lo que necesitamos, trabajaremos a través del proceso federal”, dijo Kemp al ser preguntado por su conversación con Biden. “Me ofreció que si necesitábamos otras cosas le llamáramos directamente, cosa que agradezco”, añadió en una comparecencia ante la prensa.
Biden se quejó el mismo lunes de las palabras de Trump: “Está mintiendo, y el gobernador le dijo que estaba mintiendo”, dijo. La Casa Blanca ha recapitulado algunas de las declaraciones de los gobernadores de los seis Estados afectados por el desastre natural para tratar de poner en evidencia las mentiras del expresidente.
“Anoche hablé con el presidente Biden y la vicepresidenta Harris”, dijo el lunes en la CNN Roy Cooper, gobernador de Carolina del Norte, el Estado más afectado por las lluvias torrenciales. “Me prometieron su pleno apoyo. Va a ser un esfuerzo tremendo a corto plazo, pero si lo miramos a largo plazo, con los cientos de carreteras destruidas y las comunidades borradas del mapa, tenemos que asegurarnos de que entramos ahí, de que reconstruimos con inteligencia y de que lo hacemos de un modo más resistente. Pero ahora mismo nos estamos concentrando en salvar vidas y llevar suministros a la gente que los necesita desesperadamente”, añadió el político demócrata.
En la misma línea se manifestó el gobernador de Carolina del Sur, el republicano Henry McMaster. “Estamos conversando y tratando con la FEMA [la agencia de emergencias]. (…) El presidente Biden llamó ayer por la tarde”, afirmó en una rueda de prensa. “Tenemos a todo el equipo en el campo. Todo el mundo, todo el mundo que está disponible. Incluso algunos que normalmente no salen al terreno, están todos sobre el terreno ahora. Así que tenemos un gran equipo y una gran, debido a la experiencia, tenemos una gran relación de trabajo con todas estas diferentes empresas y entidades”, añadió.
“Estoy increíblemente agradecido por la rápida respuesta y la cooperación del equipo federal de la FEMA [la agencia de emergencias]”, dijo Glenn Youngkin, gobernador republicano de Virginia. “El equipo se ha desplegado. Nuestra Declaración de Emergencia se tramitó de forma acelerada durante el fin de semana, y se finalizó ayer”, añadió en una rueda de prensa.
Trump también difundió en su red social, Truth, la mentira de que el Gobierno federal y el gobernador demócrata de Carolina del Norte estaban “haciendo todo lo posible para no ayudar a la gente en las zonas republicanas”.
Georgia y Carolina del Norte, dos de los Estados afectados por la tragedia, son también dos de los Estados decisivos en las elecciones del próximo 5 de noviembre. El republicano Trump cuenta con una mínima ventaja frente a Harris en esas circunscripciones, pero la situación es más bien de empate técnico. En Carolina del Norte, el escándalo de que el candidato republicano a gobernador se definiera a sí mismo como un “nazi negro” en una red pornográfica en la que también decía otras barbaridades puede contaminar la elección presidencial. La diferencia es tan escasa que la respuesta a la tormenta Helene o cualquier otro factor puede inclinar la balanza. Si Trump lograse convencer a los votantes con sus mentiras de que el presidente y la vicepresidenta se han desentendido de la catástrofe, tendría mucho ganado.
Biden estaba el fin de semana en su casa de la playa en Rehoboth Beach (Delaware) y desde allí estuvo haciendo llamadas, pero quizá su instinto político no estuvo muy fino al respecto. Este lunes, cuando le preguntaron si no debía haber estado al mando de la respuesta desde la Casa Blanca, se molestó: “Yo estaba al mando. Ayer estuve al teléfono durante al menos dos horas y anteayer también. Yo dirigía. Se llama teléfono”. Y luego, por la tarde, de nuevo, cuando le preguntaron si se arrepentía de no haber vuelto antes a la Casa Blanca: “Venga ya. Dejad de jugar, ¿queréis? Es a 90 millas de aquí. Yo estaba en el teléfono todo el tiempo”, replicó.
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